miércoles, 28 de octubre de 2015

Interior sujeto

No quiero volver a gastar mis fuerzas
para sanar las esperezas
que tu indiferencia 
causa en mi loca conciencia,
ni quiero
ni debo.

He sentido ya 
demasiadas patadas
en el pecho.

No me vuelvas más loco,
no más de lo que ya me has vuelto,
porque no aguantaré más,
mi razón
se suicidó hace ya un tiempo lejano.

Perdiendo poco a poco
la cabeza,
jurando
que no me volverá a  pasar,
por desgracia los latidos
se van haciendo más y más rápidos
al estar juntos.

Pero soñar contigo
hace las noches
días
y los días
noches,
ya no se cual era mejor
cual era el peor.
Vivo en un estado de somnolencia
adormecida por el movimiento
de tus caderas.

Cadenas para mi interior,
cadenas que gritan que lo imposible
solo cabe en un mundo de incapaces.
Palabras necesarias
para tocar el sol,
de los amaneceres,
la luna,
de los anocheceres.

jueves, 15 de octubre de 2015

Tienes el control

Medianamente descortés,
durante otro otoño más,
con todo mi mundo al revés,
fumaba
en un oscuro rincón
(Solitario ante la mirada de los animales).

¿Qué hago yo aquí?
¿Qué batalla estoy librando?
¿En quién cojones me paso el día pensando?
Demasiadas preguntas
sin respuesta alguna.

No hago más que escribir
versos estúpidos
monerías de niño.

Pero en inevitable,
no puedo para de hacer declaraciones absurdas,
y la locura,
es lo único que me arraiga
a este mundo.

Locura maltrecha
por tantas dolorosas despedidas,
por los sonidos incesante de mi cabeza,
por los malditos y torpes amores.

Vida,
¡DETENTE DE UNA VEZ!
¡PARA!
Déjame admirar el pasado,
déjame admirar una vez más
la dulce oscuridad
en la que encontré la paz.
Vida,
no te das cuenta
que maltratas mi alma,
haces que mis sentimientos
lo revuelvan todo.

Yo,
no te perdonaré,
que me regales el dolor,
no,
jamás lo haré.

Solitario,
paso a paso,
intento seguir el ritmo
que me deparas.

Encadenado (y muerto al fuego)

Aposté mis sentimientos 
a un amor perdido de lógica alguna
a un piano molesto
y desafinado.

Prometí buscarte
de boca en boca,
de tren en tren.

Sigo preso entre estos sentimientos
encadenados a tu alma,
a tus ojos amargados, 
a tus canciones tristes.

Malgastaré mi espíritu
y mis versos
en ti,
aunque la lluvia me de en la cara
y me asfixie
y el cielo continúe siendo oscuro.

Te encontraré
entre boca y boca,
entre tren y tren.