miércoles, 13 de julio de 2016

¿Nos hundimos en el infierno?

Bajé al fondo del infierno
esperando hallar
otro momento entre tus senos,
o vender mi corazón,
a riesgo de encontrar
una peor postora.

Yo
temblando junto a mis sentimientos
por volver a verte,
olvidando mis besos
y volviéndome aún más demente.
Tú,
nacida de las más lejanas estrellas,
interrumpes tu continuo vuelo,
olvidando atardeceres,
para derrochar dolor por tus poros
y dañando a cualquier alma que se te acerque.

Y sí,
te he querido,
aunque no tengas solución,
y me destroces,
con cada una de tus palabras.
Joder,
no quiero ser otra vez el idiota
que te llama de madrugada
pidiéndote otra balada.

Pajarillo inquieto
tomas tu vuelo
hacia lo infinito de estrellas,
en busca del alma
que mandaste directamente
a los confines infernales,
aunque en ello te cueste las alas,
sin aclarar un por qué.

Y te espero
en este infierno
lleno de cuadros sin color,
y donde cada vez siento más fríos
los dedos que antes mantenías calientes.
Eres
la culpable de todas mis guerras,
hunde tu amor
en algún corazón,
si no llegas a encontrar
lo que queda del mio.


martes, 5 de julio de 2016

No es suficiente.

Rompes la mutua indiferencia,
estipulada,
no en contrato,
pero sí en ilusorio pacto.

Te atreves a llamarme,
borracha,
a las 5 de la madrugada,
con una de nuestras canciones
(aunque no te acuerdes de ella)
al fondo de un audio,
diciéndome,
que no te has podido olvidar de mí
durante todo este tiempo.
Ironías de la vida,
que no se harta de burlarse 
de este perro vagabundo.

¿Cuánto más he de sufrir por ti?
Si maltréchaste mis besos
en todo el pasado.
¿Intentas destrozar los ápices que quedan de mí?
Joder,
si siguiéndote he perdido el norte,
llegando a no saber si vivía en tu cuello
o en el mio.
¿Quieres volver a morderme
sin buscar más que amistad?
He dejado demasiadas cosas perdidas
en el maldito camino
para volver a otra de tus mentiras,
para volver a perder y perder,
aún más, de lo perdido que estoy ya.

Volví al punto,
en el que ya ni existe orgullo,
ni mucho menos,
nunca hubo orgullo
tal y como tú piensas,
si lo único que soy en un atajo
de miedos
y nervios,
incontrolables,
al ver pasar tus ojos.

Me he balanceado por un hilo
encima de un vacío,
por ti.
Soy todo lo que soy
por ti.
Y tu eres lo que quiero,
y por ende,
no quiero perder.

sábado, 2 de julio de 2016

Sigues (presente y pasado)...

Y sigues...
sigues rondando por los pensamientos
con paso firme e incesante,
somo si fueran las callejuelas
por donde vivían nuestros días;
sigues
alterando cada uno de mis sentidos,
aún con tu presencia más que ausente;
sigues dando pequeños disparos,
a sabiendas de la debilidad de mi piel
y de la poca profundidad de mi corazón;
sigues
y seguirás estando,
 sin estar, en este presente,
que está más perdido, y
sigue, dando los mismos
palos de ciego
que cuando apareciste.

Te vi,
 no pude evitar huir,
(cual perro cobarde,
que esconde el rabo entre las piernas)
decidí no acercarme
y ver que tan preciosa estabas.

Las noches
aburridas con su saber del pasado,
con tu sabor alejado.
Los días,
terribles agonías
que parecen pesadillas en vida.
Continúan una tras otra,
corriéndose en las agujas de reloj,
esperando un nuevo drama
para saber a quién realmente
ama.

Peligrosa
de boca silenciosa.
Morena
de dulce tacto,
y sabor áspero,
enloqueciste mi vida patosa
con tus defectos ondulados.
Sin patria y sin nación,
ahora,
con mi hogar en tu cuello.
De ti huyo
de ti temo,
de ti quiero.