domingo, 28 de febrero de 2016

Te convertí en mi poesía

Seguía
 vagando en esta vida,
tan solo con recuerdos en mi espalda,
arrastrándome por cada esquina
mientras me helaba las piernas
y saboreaba la amargura gratuita
que ofrece la existencia.

Como dijo aquel conejo
del famoso cuento:
"La eternidad a veces son
solo segundos"

Transcurro
por mi eterno invierno
acompañado de mis fieles gritos,
mientras me enamoro
y ofrezco todo lo que soy,
 sin permitirme dar menos,
pero destrozando
todo amor propio.

Ahora
 tan solo me queda
esperar una nueva primavera.
para curar otro eterno invierno.

Aúllo, cuando
la escasez llega a mi almohada,
en busca de arañazos
y de bailes con el diablo,
mientras me inundo
de cada maldito verso
que me encuentro en los puentes fríos.

Recuerda
que no olvido cada
pluma de tus alas
y que nunca dejaré de desear,
 tan lejos como podamos, volar.

Dejo
de prometer cielos
tratando de acoplarme a infiernos
hechos para mí solo,
donde nunca existió rastro
de un nosotros en lo eterno,
ni siquiera un rato pequeño
en lo efímero.

Tan solo
encuadras absurdos escudos
delante de tu alma; y yo muerto
en llanto.

Una vez más,
no sé si te atreverás
a bailar con mis demonios e inseguridad
para ganar de nuevo mi alma,
o si simplemente me volverás
a vender al pero postor que encuentres.

Mira,
te convertiste en poesía
sin darme cuenta,
ha sido la única forma
de que, en mí, te vuelvas infinita.

Yo,
me cedo a los poemas escritos,
porque en ti me he convertido,
porque solo tú has estado en el centro,
porque sigo sin haber revivido,
porque sigo devorando tus libros,
porque en realidad nunca de ti me había enamorado.

Tú, absoluta,
te creíste, de ineptos, patrañas,
de mentiroso, palabras,
para emprender marcha
y pensar que jamás de mí de acordarías.
pero te encuentras leyendo esto ahora,
o al menos eso espero de ti, señorita.
Porque de tu mente, llena de locuras,
he sido gran parte;
de tus llantos, he sido incluso lágrimas;
y de tu amor, he probado lo más parecido
que has sabido dar.

Sé,
que nada puede cambiar el presente,
por más que escriba cada noche,
ya que ni en lecho de muerte
sabre lo que es volver a tenerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario