domingo, 17 de abril de 2016

Caminando por París y sin ti

Ahora
en lo más lejos de tu presencia,
pero donde aún puedo ver
tu ilusorio reflejo,
he conseguido perderme,
pero ni un ápice de la forma
en la que me pierdo entre tus lunares.

Me cuesta no recordarte
cada vez que veo escrito,
en los muros, un:
"Je t'aime"
el sentimiento
que siempre te dirigí
cuando miraba tu verdoso iris
y mi alma caía ante ti.

Anduve
por calles llenas de romanticismo,
odiando cada trozo de amor
por recordar todo lo sentido
hacia ti,
y sabiendo
lo bonito que sería estar
los dos
aquí
odiando ese amor
que tanto nos ha machacado.
Sería tan bonito
y tan hipócrita
que me duele.

Envuelto entre los poemas
y la bohemia
del "Shakespear",
como si volviera a estar
entre tus rizos,
entre tus mejillas sonrojadas,
y donde se escuchan
gritos en silencio
diciendo:
"Je vous aime
pour le reste
de mai éternite".

En la cima más alta
de la ciudad,
donde se desgastan
los labios,
en la cima de París
donde los besos
se sienten
con el doble de corazón
y con el triple de pasión,
me doy cuenta
que me sobra este frío
y me falta primavera.


en mi eterna derrota,
dentro en cama
fuera en huracán,
donde los mares
se convierten en océanos,
y en el que sigo siendo esa
crónica de una muerte
anunciada.

Miro las palabras
y las miradas hablan
no se lo que quiero
no se lo que debo.

Sigo teniendo mil y un miedos,
que me mantienen respirando
pero no vivo,
miedo de quedarme aquí
andar entre bulevares
y perderte de vista;
pero sé
que no hay ciudad
que se pueda comparar
con tu contorneada espalda.

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