jueves, 14 de enero de 2016

Entre pecho y espalda

 No eres más que una simple letra
de entre todos mis poemas,
solamente has dado en paseo
entre mi pecho y cabeza.

Letra que se ha vuelto pura ironía
de una sonrisa helada,
transformada en una última chispa.

No me vuelvas a mirar así, 
por favor,
no vuelvas a ser pronunciada,
 mi maldita voz no aguanta
el ser opacada por tus ojos.

¿Y ahora qué?
No aguanto bajo la lluvia sin ti,
ya no soporto la melancolía 
de los relámpagos en la soledad.
Paso las noches entre tormentos
en el que las llamas
arden entre mi pecho y espalda,
en el que el alcohol
no puede inhibir ya dolor.

El miedo se expande
confundiendo lo que es real,
mintiendo en mi imaginación.

¿Qué puedo hacer yo?
Si solo soy un hombre más,
olvidado entre tu piel,
solo he perdido la razón
la cordura,
e incluso, sin darme cuenta,
la locura
sobre tu pecho
sobre los lunares de tu espalda.

Escaparé,
y me encontraré
desdibujando todo el tiempo silencioso,
reencontrando razones,
escuchando la tierna voz
que susurraba al oído
mi nombre como si fuera único
e inalcanzable.

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