¿No es irónico que
luchemos, hasta el último grito,
por encontrar un verdadero amor
que nos acompañe sin aliento,
y, a la vez, estúpidamente,
arrojemos por el acantilado
los sentimientos
puros y verdaderos
ajenos a nuestra consciencia?
¿Es irónico, verdad?
Acabamos hartados
de buscar el amor,
de la misma forma que se busca
un lápiz perdido;
como si fuera
un objeto que se puede poseer,
que se puede obtener con solo desearlo.
Malinterpretamos la idea del amor,
acabamos buscando un simple cuerpo,
unos simples labios
que nos ayuden a desfogarnos,
cual animales en celo.
Traspasamos la linea de los sentimientos
para obtener amor barato y
sucios besos.
Cegamos el corazón,
tiramos la razón,
colgamos la coherencia
con la misma cuerda con la que atamos
el cuerpo desfogado
o
los cuerpos.
Cuerpo llevados
por la naturaleza animal,
agazapados para la caza,
ocultamos las verdades
entre matojos de mentiras
solo por la sed de cazar
sin coherencia,
sin razón
sin corazón.
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